viernes, 27 de julio de 2012

SANTO DOMINGO IZÚCAR, 400 AÑOS DE FE, HISTORIA E IDENTIDAD


El pasado 27 de mayo del presente tuvo verificativo un hecho sumamente trascendente para la vida religiosa de Izúcar de Matamoros, la emblemática iglesia de Santo Domingo de Guzmán volvió a ser erigida parroquia; y decimos volvió a ser erigida porque fue en 1908 cuando las entonces dos parroquias izucarenses se fusionaron por decreto de entonces arzobispo Ramón Ibarra y González; todavía hasta 1925 hay libros sacramentales que aparecen como parroquia de Santo Domingo siendo el ultimo párroco registrado don Emilio Rodríguez, antecesor del hoy párroco el canónigo Félix López González.

Esto sucede en el contexto de la conmemoración de los cuatrocientos años de la dedicación del otrora templo conventual, el cual es un testimonio material del proceso de evangelización desarrollado por parte de la Orden Dominicana en el siglo XVI en la región de Izúcar, que para esas fechas era conocida como la Coatlalpan. Al momento de la conquista Izúcar, cuyo nombre nahua era Itzocan constituía un importante asentamiento bajo el poder del imperio azteca, sede de un gran mercado y punto clave para distintas rutas comerciales; no es pues de extrañar el porqué la Orden de Predicadores eligió este lugar para realizar sus actividades religiosas, edificando para ello un convento; éste es aceptado como vicaria de la orden en 1541 aunque ya aparece en la lista de conventos dada por el cronista dominicano Fray Agustín Dávila y Padilla para 1535.

Dentro de los edificios que conformaban los conjuntos conventuales novohispanos, el templo era uno de los que se acaban más tarde, no es extraño pues que en el caso de Santo Domingo Izúcar, la fecha de conclusión sea ya entrado el siglo XVII, 1612, tal como reza una inscripción en la fachada; la crónica del dominico Fray Hernando de Ojea, al relatar la vida de un fraile llamado Francisco de Loaysa, hace mención con respecto a que la iglesia no había sido finalizada por lo cual el dominico tuvo que ser enterrado en la Sala Capitular, que hacia las funciones de templo, esto para la primera década del siglo XVII.

Los dominicos sobrevivieron la tempestad de la secularización promovida por el obispo poblano y ahora Beato Juan de Palafox en 1641, cuando se erige otra parroquia para Izúcar, la de Santa María de la Asunción; es partir de este momento que se hace una separación tangible entre la atención espiritual de los izucarenses, pues los españoles y mestizos son atendidos en Asunción y los naturales (indígenas) de los barrios y de pueblos aledaños en Santo Domingo; relatos de visitas pastorales y de censos de los siglos XVII y XVIII, hacen notar esta separación así como los propios libros parroquiales. Esta separación es perceptible hasta la actualidad pues las personas de los 14 barrios izucarense rara vez acuden a los servicios religiosos en el templo de Asunción, pues reconocían simbólicamente al templo de Santo Domingo como parroquia, por lo cual era sede de un ciclo ritual cuya manifestación más destacada es la tricentenaria Cofradía del Santísimo Sacramento. Es hasta 1755 cuando los dominicos dejan definitivamente las funciones parroquiales en el templo de Santo Domingo, las cuales pasan a ser ejercidas por el clero diocesano.

Durante la guerra de independencia en el templo retumbaron las voces de los curas e insurgentes José María Morelos y Mariano Matamoros, quienes el 17 de diciembre de 1811 invitaron al pueblo izucarense a unirse a la lucha independentista. En el exterior de lo que hasta hace algunos años fuera la capilla posa de la esquina noroeste del atrio, fue fusilado en 16 de abril de 1862 el general liberal Miguel Cástulo de Alatriste; dicho personaje quien fuera gobernador del estado, también fue abuelo materno de los Hermanos Serdán, héroes de la Revolución Mexicana. Para 1933 el templo volvió a tener bajo su techo a un destacado héroe nacional, doña Carmen Serdán Alatriste, quien a invitación de las autoridades municipales de esa época acudió a develar una placa en el púlpito del lado de la capilla del Sagrario, la cual recordaba la invitación a luchar por la independencia que hicieran Morelos y Matamoros.

Con fecha 28 de diciembre de 1939 un incendio casi destruyó el templo y algunas partes del convento; gracias al dinamismo del entonces párroco Arturo Márquez Aguilar y a la colaboración de todo el pueblo izucarense, se restauró el decorado interior templo, aunque con yeserías, las cuales sustituyeron a los retablos de madera estofada.

Lo antes expuesto y muchas razones más hacen del festejo de nuestro templo algo que no debe pasar desapercibido, por lo que se han preparado una serie de actividades culturales entre las que destacan un ciclo de conferencias sobre el patrimonio cultural izucarense y un magno concierto de la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, el próximo 4 de agosto.

El ciclo de conferencias tuvo lugar desde el pasado mes de junio, contando con la participación de especialistas que participaron el el proyecto de restauración del exconvento dominico en 2010 así como algunos otros que han investigado sobre distintos topicos relacionados con el patrimonio izucarense.