sábado, 29 de octubre de 2016

HEROICA IZÚCAR DE MATAMOROS, EN SU 191 ANIVERSARIO DE ELEVACIÓN A CIUDAD

*Reseña leída en la ceremonia cívica realizada por el ayuntamiento izucarense,  frente a la Casa Colorada y previa a la colocación de una ofrenda floral en el monumento a Mariano Matamoros.



Con el nacimiento de México como país independiente, muchos de los caudillos que participaron en el movimiento libertador fueron homenajeados de distintas maneras, una de ellas fue agregar sus apellidos en los lugares donde nacieron, murieron o donde tuvieron alguna acción destacada. Este es el caso de  nuestro Izúcar, hoy de Matamoros, a la cual se le adicionó el apellido de este destacado insurgente y cura, por decreto del Congreso de Puebla, con fecha 29 de octubre de 1825; en este mismo decreto, número 155, también se le cambia la categoría poblacional a Izúcar pues pasa de ser pueblo a ciudad, situación extraordinaria por saltarse la categoría de villa. A diferencia de otras ciudades de nuestro estado como la capital Puebla o Atlixco, en Izúcar no hubo una nueva fundación española como tal, ni un traslado del asentamiento prehispánico a un nuevo emplazamiento, como por ejemplo en Tehuacán o Huejotzingo, es más en las cartas que envía el conquistador Hernán Cortes a su majestad Carlos I de España se refiere a Itzocan (el nombre en náhuatl de Izúcar) como una ciudad con muchos templos y un sistema de canales muy bien trazado, la cual costó mucho trabajo a los europeos y sus aliados tlaxcaltecas tomar en septiembre de 1520. Si bien el cura Mariano Matamoros no nació ni murió en Izúcar, aquí tuvo momentos brillantes para la lucha independentista de México, pues participó en la batalla del 17 de diciembre de 1811 al lado del Generalísimo Morelos (cabe mencionar que por este hecho de armas Izúcar tiene el título de Heroica) y entre los meses de junio y octubre de 1812 formó una serie de milicias, que para algunos historiadores se considera el primer ejército mexicano; además promovió uno de los primeros festejos a nivel nacional del Grito de Dolores del cura Hidalgo, a través de una solemne misa en la entonces parroquia de españoles de Santa María de la Asunción. Pero la historia de nuestra cabecera municipal es mucho más amplia, no se pueden dejar de mencionar hitos como la fundación del convento de Santo Domingo de Guzmán o el establecimiento del hospital juanino; o en épocas posteriores el papel de Izúcar en la Guerra de Reforma con la figura de Miguel Cástulo de Alatriste y más recientemente en el tiempo, las acciones relacionadas de la Revolución Mexicana donde Emiliano Zapata no puede ser dejado de enlistar. Izúcar la cuna del Árbol de la Vida, el corazón de la antigua Coatlalpan, la ciudad de los 14 barrios, la del homenaje al caudillo Matamoros, la heroica que sigue escribiendo su historia día con día, bajo el ardiente sol del suroeste poblano. Quiero cerrar esta sucinta reseña con unas bellas palabras expresadas de nuestra Izúcar por el Arzobispo angelopolitano Pedro Vera y Zuria en 1925, año precisamente en Izúcar cumplía un centenario de ser ciudad de manera oficial: “El día 7, a las 11 a. m., el Ferrocarril Interoceánico me trajo a esta hermosa ciudad de Izúcar, situada a orillas del rio Nexapa; puerta del Sur, que conduce a la frondosa costa del Pacifico. Su situación geográfica, la feracidad de su suelo, el carácter amable de sus habitantes, el ambiente dulce y placentero que se respira la colocan en el primer lugar de la región suriana.” Feliz cumpleaños 191 a nuestra heroica ciudad de Izúcar de Matamoros.