*Reseña leída en la ceremonia cívica organizada por el H. Ayuntamiento de Izúcar el 11 de abril de 2015 y en la cual se contó con la presencia del Lic. Baraquiel Alatriste, descendiente del general.
Nació
el 26 de marzo de 1820 en la ciudad de Puebla, hijo de Joaquín Alatriste y de
Francisca Castro; desde niño aprendió de su padre el oficio de sastre,
lográndolo dominar en poco tiempo pero lo dejó porque su vocación era otra.
Entre 1837 y 1840 realiza estudios de jurisprudencia en el Colegio del Estado,
para posteriormente trasladarse a la ciudad de México estudiando en la
Universidad Nacional; se recibe como abogado el 9 de marzo de 1844. Dos años
más tarde le confieren la cátedra de Derecho Canónico en el Colegio de San Juan
de Letrán de la capital de la república; también en ese mismo año contrae
matrimonio con Josefa Conrada Cuesta; una de las hijas del matrimonio Alatriste
Cuesta, Carmen, sería la madre de los Hermanos Serdán, precursores del
movimiento revolucionario de 1910. En 1846 ocupó el cargo de capitán de la 5ta.
Compañía del Batallón Hidalgo, con el cual tuvo participación al año siguiente
en la lucha contra los invasores norteamericanos. Trabajó como abogado en el
Tribunal Superior del Estado y en 1849 inició su carrera política al ser electo
síndico del ayuntamiento poblano, para 1853 fue electo alcalde segundo pero en
ese mismo año es desterrado de Puebla por ser opositor al presidente Santa Ana.
Destacado miembro del partido Liberal don Miguel fue electo gobernador de
Puebla el 15 de junio de 1857, tocándole un periodo de mucha inestabilidad por
el enfrentamiento entre liberales y conservadores; hizo campaña en el norte del
estado de Puebla y también en Veracruz y Tlaxcala; tras el triunfo liberal en
la batalla de Calpulalpan, Alatriste regreso a la ciudad de Puebla en enero de
1861, donde retomó su encargo de gobernador, fue ascendido a general y el 3 de
septiembre del mismo año renuncia debido a que el Congreso lo acusa de
abandonar la capital poblana, al ir en persecución de una facción de
conservadores. Poco tiempo duró inactivo el general Alatriste pues la ciudad de
Puebla fue declarada en estado de sitio para enero de 1862 por la presencia de
las tropas extranjeras en el puerto de Veracruz y a él se le nombra 2do.
Comandante Militar del estado. Aunque pareciera difícil de creer, pues el país
era preso de una invasión extranjera, se le ordena a Alatriste trasladarse a
Izúcar de Matamoros para repeler un ataque de tropas conservadoras provenientes
del estado de Guerrero y al mando del General Cobos. El 10 de abril de 1862,
Alatriste y sus 500 hombres se hicieron fuertes en el cerro del Calvario, pero
después de cerca de 6 horas de arduo combate
sucumben ante la superioridad de los 3000 soldados de Cobos. Don Miguel es
herido y cae prisionero, sabiendo que su destino estaba ya escrito pide que se
le permita escribir el parte de guerra de la batalla donde resalta la valentía
de su tropa. A las 9:30 de la mañana del día siguiente es conducido a una
capilla abandonada, en una de las esquinas del atrio de la parroquia de Santo
Domingo de Guzmán. Llegando el momento fatal de su fusilamiento exclamó con voz
firme “Muero pidiendo por el bien de mi
patria y de mi familia” y luego dirigiéndose a los soldados del pelotón les
ordeno enérgicamente “¡Disparen con
valor, que muero por mi patria! Fue declarado Benemérito del Estado el 28
de octubre del mismo año y sus restos descansan en la iglesia del Sagrado
Corazón de Jesús de la ciudad de Puebla.
Miguel
Cástulo de Alatriste deja como legado su ejemplo como un hombre leal y
servicial a los intereses de su país, sus profundas convicciones reflejadas en
su actuar, sin duda representan valores cada día más escasos en nuestra
realidad, nuestro reconocimiento a su aporte a México, a 153 años de su sacrificio.
Imagen de los años treintas del siglo pasado donde se marca en el círculo rojo la capilla posa donde fue fusilado el Gral. Alatriste; nótese como era el mercado así como la torre con el reloj, el cual actualmente se ubica en la parroquia de Santo Domingo.
Imagen actual donde se marca en el círculo rojo el lugar que ocupaba la capilla donde fue fusilado Alatriste y en donde hoy existe una placa conmemorativa; compárese con la anterior y como ha cambiado el entorno, ya con el mercado "de picos".