* Reseña leída en la ceremonia cívica realizada por el Ayuntamiento de Izúcar en el Parque Pavón el 29 de octubre de 2015.
Son varios los elementos que
definen una ciudad: el tamaño de la población, los servicios, la importancia
política, religiosa y por supuesto económica, entre otros; en el caso de
nuestro país y particularmente de nuestro estado las categorías para las poblaciones
se amparan en las leyes orgánicas municipales vigentes. Este día sin duda es
sumamente relevante para nuestra ciudad, porque llega a 190 años contando con
esa categoría, fue un 29 de octubre de 1825 cuando por un decreto del Congreso
del Estado de Puebla, pasa de ser un pueblo a una ciudad, pero al mismo tiempo se
le agrega el apellido Matamoros, como una manera de homenajear la memoria del
héroe insurgente Mariano Matamoros Guridi, quien vivió momentos trascendentales
de la guerra independentista precisamente en nuestro Izúcar; aquí en Izúcar el
cura Matamoros hizo su debut en un hecho de armas y aquí también llevó a la
realidad lo que para varios historiadores consideran el primer ejército
mexicano.
Pero la historia de Izúcar,
no empieza en 1825, sus raíces son más profundas y se pierden en el tiempo; es
probable que grupos de filiación chichimeca hayan fundado el asentamiento pero
siglos antes la cultura olmeca estuvo presente en la región con la aldea de Las
Bocas; como muchas poblaciones del periodo Posclásico la antigua Itzocan,
también sucumbió al poder del imperio azteca. Con una floreciente actividad
comercial y con una importante guarnición militar es que Itzocan es conocida
por los conquistadores españoles, quienes la toman con apoyo de los
tlaxcaltecas en septiembre de 1520. Cuando Hernán Cortes la describe con sus
muchos templos y sus acequias, le llama ciudad, lo cual sin duda refleja la
importancia del asentamiento.
Ya como Izúcar, la
castellanización de Itzocan, y que no tiene relación con el azúcar, que
llegaría ser un producto primordial en la economía regional, la historia de la
población se enriquece con la llegada de los dominicos, quienes construyen el
magnífico convento que hoy podemos ver restaurado y el cual irradia no solo una
nueva fe sino nuevas prácticas culturales. Herencia de la llegada del
catolicismo y que hoy siguen siendo patrimonios culturales dignos de conocer
son nuestra parroquias de Santa María de la Asunción y de Santiago, el templo
de San Juan de Dios y no se pueden olvidar las capillas de los 14 barrios.
Más que continuar haciendo
una remembranza de momentos claves para la historia de la ciudad, quiero
permitirme, en este día tan especial, recordar a personas y personajes que han
hecho aportes por su ciudad, siendo o no originarios de ella; desde los más
antiguos como el ultimo gobernante prehispánico Nahuicatl o el primer
evangelizador dominico Francisco de Mayorga, pasando por los héroes de la
independencia como el ya referido Matamoros, Morelos, Guerrero, el cura Sánchez
de la Vega o la señora Ignacia Ruiz, entusiasta izucarense patrocinadora de la
causa; no se puede olvidar al general Miguel Cástulo de Alatriste o al prefecto
y general José María Pavón. Avanzando en el tiempo podemos hablar del mismísimo
Zapata que tomó nuestra ciudad en abril de 1911, posteriormente vienen a la
mente destacados educadores como Eugenio y Miguel Fuentes Escamilla, José María
Herculano Sánchez, cuyo nombre lleva la segunda escuela primaria más antigua de
Izúcar o la recordada maestra Josefina Esparza Soriano. No se pueden olvidar a
nuestros cronistas Silvestre Fuentes y Manuel Sánchez Cruz, artistas y
artesanos como la pintora Guadalupe Cruz, los alfareros Aurelio Flores y
Catalina Orta, el guitarrista Clemente Perea o la cantante Oliva del Río. Pido
una disculpa por no mencionar a más, pero el espacio y la memoria son cortos,
esto sin contar muchos personajes anónimos que han hecho destacar a Izúcar y
que sus nombres no han quedado registrados por diversas circunstancias.
En esta fecha tan importante
para nuestra ciudad, solo me queda invitar a las y los izucarenses de hoy, a de
verdad hacer valer la condición de ciudad, ciudadano es quien con su trabajo y
esfuerzo diario contribuyen a que el lugar donde vivimos sea más equitativo y
con un desarrollo respetuoso de su entorno, felices 190 años de ciudad Izúcar,
corazón de la antigua Coatlalpan, cuna del Árbol de la Vida, lugar de homenaje
a Mariano Matamoros y heroica por su aporte a lucha por la libertad.