miércoles, 16 de septiembre de 2015

RESEÑA POR LA COLOCACIÓN DE LA PLACA CONMEMORATIVA POR LA PRIMERA CELEBRACIÓN DEL GRITO DE DOLORES EN IZÚCAR DE MATAMOROS


*Texto leído el 16 de septiembre de 2015 en la develación de la placa conmemorativa a cargo del Presidente Municipal de Izúcar y el párroco de Santa María de la Asunción Izúcar.

Fue el cura don Mariano Matamoros Guridi sin duda, un hombre adelantado a su tiempo, si bien nuestros héroes siempre serán luz y sombra, hay algunos como Matamoros que fueron mucha más luz que sombra. Había llegado al entonces pueblo de Izúcar con sus tropas desde el mes de junio, ya era septiembre del año 1812, ya habían pasado varios meses desde que se presentó al cura Morelos y se puso a sus órdenes. Ahora en Izúcar preparaba a sus tropas porque la guerra por la libertad aún se veía lejos de finalizar, pero en medio de esa tensión, tenía que haber tiempo para celebrar, si celebrar, pero no como en nuestros días lo hacemos, más bien en este caso era conmemorar, recordar un hecho que había sucedido hace apenas escasos dos años y cuyo autor, otro cura por cierto, ya había sido pasado por las armas para escarmiento de muchos. Coinciden historiadores especializados en temas de la guerra de independencia que don Mariano, donde estuviera, no olvidaba recordar el grito de libertad que había dado Miguel Hidalgo el 16 de septiembre de 1810 y ese recordatorio incluía rezar por las almas de aquellos que habían perdido la vida por la causa.



Y fue precisamente lo que sucedió en estos muros de la parroquia de Santa María de la Asunción, aquella que fundara el hoy beato obispo poblano Juan de Palafox para la atención de los “españoles” de Izúcar y sus alrededores. Como buen sacerdote Matamoros quiso recordar el llamado que hiciera Hidalgo, dándole gracias  a Dios, y cuál era la mejor manera, pues mediante una solemne misa. A esta celebración eucarística se invitó a sacerdotes de parroquias vecinas pero quien la presidió fue el entonces párroco de españoles de Izúcar, don José Mariano Moreno; debía ser así pues esto encerraba un fuerte simbolismo. Al concluir la misa don Mariano y su estado mayor quienes estaban en el presbiterio del templo, junto con la demás oficialidad insurgente se pusieron sus sombreros y levantaron las espadas, con lo cual festejarían por primera vez en Izúcar el famoso Grito de Dolores.


Mentiríamos si dijéramos estar ante la primera celebración del Grito de Independencia en todo México, aún falta revisar información y comparar fuentes, pero de que este hecho que hoy quedará plasmado en una placa, fue de los primeros no hay duda; aun ni siquiera existía México, faltarían 9 años más de contienda y Matamoros ya no lo vería, pues sería fusilado en febrero de 1814. Este día sin duda es trascendental para la heroica Izúcar, pues el recordatorio de tan venturoso acontecimiento se une a otra conmemoración relevante de nuestra historia local: el 190 aniversario de la elevación de Izúcar a ciudad y de agregársele el apellido de Mariano Matamoros, que se cumplirá el próximo 29 de octubre.


En hora buena para nuestro Izúcar, lugar lleno de historia y que el ejemplo de compromiso con la patria que dieron personajes como Matamoros, siempre sea un referente en nuestro actuar diario.

martes, 15 de septiembre de 2015

ALGUNAS NOTAS DE LAS FIESTAS PATRIAS EN LA HEROICA IZÚCAR DE MATAMOROS


Como en muchos lugares de nuestro país la celebración de las fiestas patrias en el mes de septiembre se ha convertido en algo tradicional y llamativo, no siendo nuestro municipio la excepción. Dentro de las actividades que más llaman la atención, sin duda la colocación de arcos de cucharilla en la antigua presidencia municipal tiene un lugar primordial; estos arcos son estructuras de madera y carrizo, que se decoran con papel y sobre todo con la cucharilla, una planta de la familia de las agaváceas, cuyo nombre remite a la forma que tienen los elementos de su raíz, una especie de cuchara; a estos arcos se les adicionan imágenes de los héroes de la independencia o símbolos de la mexicanidad; más recientemente se les ha colocado como base una estructura metálica y su tamaño puede llegar hasta los 6 metros.

En días previos al 15 de septiembre cada uno de los 14 barrios izucarenses elaboran el arco que engalanará el antiguo palacio municipal; cabe mencionar que la arcada de este edificio cuenta con 17 arcos, 15 de ellos en la fachada y 2 a los lados; de alguna manera representan la geografía de nuestra heroica cabecera municipal toda vez que el arco central (que corresponde al presidente municipal y es donde se ubica la campana para el grito de Independencia) equivale al río Nexapa, elemento divisor de los barrios en orientales y occidentales, y también al centro de la ciudad.  El lugar que ocupa cada barrio no es casual sino deriva del orden manejado para el uso del agua en el sistema de acequias, que aún perdura en medio de la modernidad; en cuanto a los arcos laterales del expalacio corresponden a las 2 colonias más antiguas de Izúcar: El Calvario y San Miguel; como un dato interesante se puede mencionar que ambas colonias en su pasado fueron barrios también, en lo que hoy es El Calvario estuvo el barrio de San Andrés Tianquixpan y la actual colonia San Miguel fue el barrio de San Miguel Tectepan.


La tradición de hacer estos arcos proviene de las festividades religiosas, donde en algunos templos cuando es la fiesta patronal se colocan sobre fachadas y arcadas de acceso a los atrios; el trabajo de la cucharilla es un elemento inmemorial en Izúcar, prácticamente de origen prehispánico, el cual tiene su mejor exponente en la Cofradía del Santísimo de la parroquia de Santo Domingo, la cual cada mes elabora una serie de adornos con esta planta para la llamada misa de Minerva; cabe mencionar que antes la recolección de la cucharilla se hacía en los alrededores de Izúcar pero como ya se ha acabado la planta ahora se va a traer a la zona de Tepexi y Santa Inés Ahuatempan. En los barrios izucarense hay artesanos diestros que en las ocasiones de festividad hacen del trabajo en común para elaborar los adornos y los arcos, un proceso de sociabilización e intercambio de experiencias. Aunque arcos de cucharilla se hacen en varias partes del centro de México, son primordialmente para fiestas religiosas, sin duda lo que hace especial y particular a Izúcar es que se elaboren para una festividad civil, en este caso la Independencia nacional. El trabajo en cucharilla de Izúcar junto con el barro policromado y la cera escamada fueron declarados en 1998 como Patrimonio Cultural del Estado de Puebla.

No se conoce una fecha precisa en la cual comenzaron a colocarse los arcos en la expresidencia pero considerando que por muchos años estuvo en ruinas debió haber sido después de la reconstrucción hecha cuando fungió como presidente del Consejo Municipal  el Coronel Salvador Martínez Cairo, 1948-1950. En las notas del fallecido cronista Manuel Sánchez Cruz se menciona que fue en 1951 cuando el entonces presidente Jesús García Lande compró a cada uno de los representantes de los barrios una bandera para que participarán en la ceremonia del Grito de Independencia; es probable que a partir de eso se comenzara la tradición de adornar los arcada del entonces palacio municipal; lo que sí es más reciente es la realización de un desfile y la inclusión de eventos artísticos para colocar los arcos, esto data de la década de los 90`s del siglo pasado pues en años previos sólo se adornaba con los arcos pero sin ninguna ceremonia especial; con cada año que pasa el desfile y los eventos artísticos se han vuelto más variados y se convierten en una pasarela para danzas tradicionales de Izúcar como los Huehues o para escuchar música de diferentes bandas de viento o de mariachi. Cada uno de los barrios y la colonia busca lucir sus mejores galas y algunos traen hasta sus propias reinas y princesas.


Existen en el Archivo Municipal de Izúcar algunos bandos de fiestas patrias en los cuales podemos saber cómo se celebraban las fiestas patrias hace varios años y comparar con lo que se hace en la actualidad; algunas de las cosas que se pueden mencionar es que en las primeras décadas del siglo XX se acostumbraban hacer las veladas literarias-musicales tanto el 15 como el 16 de septiembre, donde era importante la participación de las escuelas de Izúcar así como de personas con talentos artísticos; la sede era el bello Teatro Matamoros, el cual se ubicaba en lo que hoy es el Auditorio Municipal. Actividades como los torneos deportivos, la kermes en el zócalo o la cabalgata en horas previas a la ceremonia del grito también se han hecho desde estos años. En un programa de los años 30´s del siglo pasado ya aparece el desfile del 16 de septiembre pero no únicamente con las escuelas sino con carros alegóricos de algunas empresas; algunas de las actividades que ya no se realizan y las cuales aparecen en estos bandos antiguos son las carreras de caballos o el lanzamiento de globos de cantoya.



En la actualidad los festejos patrios se han ido complementado con la inclusión de actividades artísticas tales como música de mariachi, de bandas de viento, danzas, no solo de Izúcar sino se han invitado grupos de otras partes del estado, exposiciones de fotos antiguas, entre otras. Posterior al grito la noche del 15 de septiembre, además de los tradicionales fuegos artificiales siempre hay algún conjunto musical para la diversión de la comunidad y por supuesto la clásica verbena popular.